lunes, diciembre 22, 2008

Naufragio de estoicismo

Salir a la calle a probar el aire

y caminar sin rumbo

hasta cansarme.

Quiero fumar mirando el pasto,

sintiendo la briza en la cara

y el sol en los pies.

Quedarme en silencio,

que no lo interrumpan

esos vagos pensamientos

(tan aburridos)

de dudas sin sentido,

de angustias de navidad.

Olvidarme un rato

de que yo tapé la tierra con cemento

de que, tantas veces,

lastimo sin querer.

No juzgarme y dedicarme

exclusivamente a ser.

Sabio, como un árbol.

Recuperar lo perdido,

al menos un rato.

Dejar caer tantos pesos

para no volver a levantarlos.

Resetear la cabeza

hasta ser uno, con la nada.

Pero, puta madre,

se me rompió el encendedor...

Que lo parió.

jueves, septiembre 11, 2008

LHC - vol 2


(Acá, uno de los paparulos)


Bueno, el mundo no reventó.
Si les quedan dudas pueden verificar acá:
http://hasthelhcdestroyedtheearth.com/ (cortesía de mi amigo Chab)

No por eso nos quedamos tranquilos.
El LHC no fue hecho para ser usado una sola vez.
De hecho, La Movida va a ser el 23 de octubre. Así que a seguir vigilando.

Fuentes propias confirmaron que "las cosas no salieron tan bien cómo era esperado".
El CERN (Consejo Europeo para la Investigación Nuclear) a cargo y responsable del LHC estaría movilizando todo su potencial logístico y estratégico para evitar filtraciones a la prensa masiva.
No obstante internet es un universo fuera de control y cierta información habría superado las estrictas barreras de control a través del conocido software MSN Messenger.
La identidad de la fuente es reservada, pero se sabe que es parte del staff científico a cargo de las primeras pruebas.

La puesta en marcha habría resultado exactamente como fue esperado. La energía controlada, el calor bien medido. Los primeros hadrones dieron vueltas miles de veces por los anillos a velocidades similares a las de la luz. Todos dijeron "AH" y más de uno se tragó una mosca.
Una vez chequeados y rechequeados los mecanismos de seguridad, se dio por concluida la prueba.
"Girá la llave, Fred!" fue la orden.
Fred giró la llave y apretó OFF. Las luces se apagaron, la temperatura comenzó a decrecer.
Una voz femenina dijo "concentración de energía anormal en el sector F-23".
"Cual es el sector F-23?" dijo un franchute. Nadie dijo ni pío.
"Merd! a buscar los mapas, dónde los metieron?"
"Ayer vino la chica a limpiar!"
"La puta madre!"
Y todos culo para arriba meta buscar el mapa.
Sonó la alarma, la misma voz femenina de antes dijo "Fuga de energía! Fuga de energía!" y se quedó repitiendo y repitiendo el tenebroso coro.
Un italiano de bata blanca y anteojos, como todos, gritó "Eureka! acá está el mapa!"
"Eureka no se usa hace siglos, gil".
Revisaron los planos y corrieron todos por los pasillos.
El sector F-23 era la zona de la cocina. Por allí debían acceder al collider, pero al abrir la puerta prendieron las luces y encontraron todo desordenado, sobre la mesada había una cosa negra, con forma de espiral, ciertas migas flotaban alrededor.
"Un pequeño agujero negro!" gritó una polaca de rulos colorados.
"Qué hacemos? Esto no puede ser!"
La cosa esa estaba ahí, quieta, del tamaño de un pomelo.
"Busquen una frazada y tirensela encima!"
"NO LA TOQUEN!"
"Me están PISAAAANDO!"
Todos hablaban y gritaban a la vez.
El agujero negro saltó de la mesada al piso y todos se callaron.
Se acerco un poco a ellos y todos gritaron "OHHH" y se fue rápido hacia el otro extremo y se escondió atrás del horno.
"Mierda! está atrás del horno! Cómo lo sacamos?".

A partir de ese momento se dividieron en dos bandos. Uno salió a calmar la rueda de prensa y "tapar" la situación enredando a todos los periodistas con vocabulario altamente especializado, pero que no significaba nada.
Los otros se armaron de secadores de piso, escobas, escobillones y repasadores y se turnaron para ver si lo enganchaban. Encontraron un batidor de crema perdido, pero nada más que eso.
Trataron de mover el horno pero no pudieron.
Uno sugirió poner un sandwich de jamón y queso a ver si salía, pero tras esperar media hora volvieron con las escobas.
Un ruso fue a buscar a su gato. "Una vez había una rata en casa y la agarró del cuello y me la trajo VIVA".
El gato se metió atrás del horno y no se supo más de él. Desapareció del tiempo y espacio.
El ruso levantó los hombros, se sento en una silla y se quedó en silencio mirando el piso.
Todos se sintieron tristes por el. Era un buen gato.

Ahora están pensando en dejarlo ahí atrás.
Se nota que le gustan los lugares calentitos.

miércoles, septiembre 10, 2008

El Proceso II


(No muy aconsejable para gente impresionable)

Mis últimos pasos con la vista miope.
La verdad poco me concentré en eso.
La cantidad de ideas que había en mi cabeza anulaba la concentración.
Entré al quirófano y vi que, aparte de la enfermera, había otros dos médicos.
Los conocía a ambos de consultas previas.
Había una camilla extraña en el centro de la escena: color gris, anatómica, un espacio especial para la cabeza. Una tabla de picar carne muy sofísiticada. Ahí solo cortan los que tienen título.
Por el costado derecho y por sobre la camilla (en forma de L invertida) había una máquina. Color metal pulido.
"Acostate" me dijeron y así hice. No estaba de ánimo para revoluciones.
Acomodaron mi cabeza, ajustándole al hueco diseñado para el propósito.
Me daban breves indicaciones.
"Ahora vamos a ubicar la máquina".
Excimer, así se llama ese láser.
La cosa metálica se desplazó lentamente, haciendo un ruido electrónico hasta quedar por sobre mi cabeza.
En el medio había un agujero rectangular negro, de unos 8x5 cmts, con una luz verde que titilaba en el fondo. A los costados de ese rectángulo había otros rectángulos del mismo tamaño, pero llenos de LEDs blancas encendidas. Concentraban toda mi atención en el único espacio negro que quedaba.
"Quedate quieto, por favor" dijo el médico.
Sus dedos índice y pulgar se apoyaron sobre mis párpados y los abrieron.
"Esto empezó" pensé.
Me abrió grande el ojo, la luz me encandilaba y yo hacía fuerza por parpadear.
Un chorro de un liquido cirstalino cayó derecho sobre mi pupila.
No me ardía, no era nada, pero la presencia de tanto líquido en el ojo y no poder hacer nada era molesto.
"Es anestecia y desinfectante".
Después me abrió un poco más el ojo y dijo: "Voy a ponerte algo para que no puedas pestanear".
No me dio tiempo a pensar en nada.
Metió, primero de un lado, después del otro una especie de aro de acrílico o algo así. Mis párpados quedaban contenidon por los bordes redondeados. No podía cerrarlos, ni abrirlos.
El asunto empezaba a complicarse.
Impotencia.
"Ahora vamos a acercarte el láser para empezar".
La máquina se acomodó.
"Mirá fijo el punto verde, vamos a calibrar el centro de tu ojo"
Nada me dolía, apenas molestaba, pero la sensación se iba volviendo cada vez más abrumadora.
Hay en nuestra cabeza una parte animal. Un instinto de integridad física que poco entiende de medicina moderna.
Como al perro que querés desinfectarle una herida. Le duele y ataca a quien lo hace o se deja, pero le tiemblan las piernas y llora sin poder hacer nada.
"Ahora vas a sentir un tironcito en el ojo y el ojo se va a enceguecer unos 40 segundos".
Ese era el momento más temido.
Un aro negro se apoyo sobre mi ojo.
Sentí el tirón y mi vista se apagó, de afuera hacia adentro, como un televisor.
Por dentro las ideas bullían, nada dolía, pero me sentía violentado.
Yo sabía que, durante la ceguera, cortarían una lámina de mi córnea.
Si mi ojo quedase ciego, así sería.
"Avisame cuando recuperes la vista".
De a poco volvieron a verse las luces, y el punto verde titilando. Todo estaba muy borroso.
Algunos rincones quedaron negros por unos segundos más.
No sé cómo, respondí.
"Ahora vas a ver más borroso".
Algo descendió sobre mi ojo, no sé si fue la mano del médico o algún brazito de la máquina. Sea lo que sea parecía una pincita de depilar. Levantó la tapa de mi córnea.
Mi animal interno aulló.
El punto verde se volvió muy difuso.
Era consciente de que estaba mirando a través de mi ojo cercenado.
Que se termine pronto, que se termine pronto, que se termine pronto, que se termine pronto, que se termine pronto, que se termine pronto, que se termine pronto, que se termine pronto...
"El láser va a trabajar en tu ojo, tratá de mantenerlo lo más quieto posible".
No sólo no quería moverme, no hubiera podido.
Unas luces rojas aparecieron y las veía en mi ojo. Pero no se sentía nada de nada.
No había dolor, pero yo quería que terminara.
Que se termine pronto, que se termine pronto, que se termine pronto...
Y así fue. Duró muy poco.
Retiraron la máquina y me bajaron la lámina de córnea.
Me pidieron que mantenga los ojos cerrados "un ratito".
Me hicieron abrir los ojos. El ojo izquierdo no se sentía para nada mal, pero tenía todavía mucho líquido y no podía refregarme.
Me incorporé despacio, y me acompañó la enfermera hasta la sala dónde me vistieron cuando llegué.
Me retiró la camisola, las pantuflas y la cofia.
Me hablaba suavemente. Era obvio que estaba contratada no sólo por su título de enfermera sino también por su calidad humana.
Me quedé 5 minutos ahí y después me revisaron.
Todo perfecto.
Me recordaron la dieta de medicinas, los cuidados a tener y el horario del control al día siguiente.
Yo quería ver con mi ojo izquierdo, pero todavía se veía muy nublado.
Fui de la clínica a mi casa en el auto de mi viejo, acostado en el asiento de atrás. Me lloraba el ojo pero yo trataba de ver.

No fue tan terrible todo.

Esa noche no fue muy buena, me lloró mucho el ojo y me ardía.
Me fui a dormir temprano.

Al otro día fue mágico, me levanté sintiendo a mi ojo con normalidad, pero con una vista nítida, perfecta...
Todavía estoy sorprendido por eso.
La semana que viene me operan el otro ojo, y les contaré más.

Estoy contento, quería compartir esto.
Suena feo, pero pasa rápido.

LHC - vol 1


Hoy va a activarse por primera vez el LHC (Large Hadron Colider).
¿Qué es eso?
Bueno, digamos que es una máquina que construyen hace unos 20 años con todo lo tope en teconología ubicada en la forntera franco-suiza, cerca de Ginebra.
Pero no piensen en una heladera, ni un tanque, no. Son una especie de aros gigantezcos de unos 27 km de circunferencia dentro de los cuales pueden recrear determinadas condiciones (magnéticas, de presión y temperatura) únicas, que permitirían hacer pruebas igualmente únicas.
Su objetivo es la investigación científica. Resolver ciertas dudas fundamentales de la física.
El expermiento más importante es el "mini big-bang". Pretenden probar la existencia del bosón de higgs, que vendría a ser la partícula subatómica "madre". No, no se come con queso. No, ése era Bilbo Bolsón y no tiene nada que ver acá.

Bueno, con todo este tema, sumado a mi paranoia y la panzada de información que me di para comprender mejor el asunto, hace meses vivo en pavor.
Algunos miembros de la comunidad científica coinciden en que hay posibilidades de que el experimento puede resultar, no en el fin del mundo, sino en, EL FIN DEL UNIVERSO, materia, tiempo, etc.
Resultó que había 4 posibilidades que resultaban en el fin de TODO.
La primera era la creación de un agujero negro (la última prueba similar realizada en otro lugar, efectivamente, creó un pequeño agujero negro) que podría descontrolarse y "absorver" toda la galaxia.
La segunda era que se generase un monopolo magnético, que resultaría en el "decaimiento del protón". Es decir, todos nuestros protones, desaparecerían. No creo poder vivir sin ellos.
La tercer posibilidad sería que surja "materia exótica supermasiva". No sé bien que quiere decir, pero también nos mata (eso de SUPER no me gusta).
La última es más sencilla y totalmente terminal: la activación de la transición a un estado de vacío cuántico. Osea el viejo y querido juego de "onde tá?... Acá ta!", traducido a la existencia misma. Ahora estamos y de repente VACÍO CUÁNTICO.

Dentro de todo, no podemos quejarnos, no debe ser una muy mala muerte.
No es morir ni quemado, ni ahogado, ni desangrado, ni enfermo.
La pérdida másiva y total de protones no debe ser dolorosa, nos haríamos polvo en una millonésima parte de segundo. Si nos chupa un agujero negro es incierto lo que pueda suceder, quizás vayamos al planeta de los simios, cómo en la peli, quizás adentro haya una fiesta eterna, o quizás nos convertimos en piezas de dominó, todas las posiblidades tienen las mismas chances.
La del vacío es como apagar la luz de una habitación sin ventanas, sólo que apra siempre, y sin consciencia de nada en absoluto.
El cielo sobreviviría eso?
El infierno?
Los perros salchichas?
Qué comen las albóndigas? Comen?
Es un viejo chiste entre lombrices decirse "que cara de culo que tenés"?
Los mosquitos se meten en los oídos a propósito? No les gusta que el asunto de picarnos sea tan fácil? O sólo pretenden (y lo consiguen) ser más molestos?
La mayonesa se inventó en mayo?

Todas éstas dudas va a responder el LHC.

Atentti.

martes, septiembre 09, 2008

El Proceso I


A las 7 en punto se abrió la puerta del fondo de la sala de espera y una enfermera vestida con ambo, cofia, guantes y barbijo me llamó por el apellido.
"Dejá los anteojos" me dijo.
Muy amablemente me indicó el camino hacia otra sala de espera interna donde me vistieron con una especie de camisón, una cofia y una especie de pantuflas que se ajustaban a mis tobillos.
Luego me llevaron a un pasillo donde había otras personas vestidas como yo.
Una atmósfera de ansiedad se palpaba en el silencio.
Nos presentamos y empezamos a hablar.
Había quienes estaban más nerviosos, otros menos.
Una mujer cada tanto estallaba y decía "Quiero que pase YA! quiero que pase YA!" y después se disculpaba riéndo nerviosamente.
Todos íbamos a ser operados por primera vez ese día. Todos del ojo izquierdo. Extraño fetiche del oculista.
La otra semana sería el derecho.
"El médico no llegó aún" nos dijo una enfermera.
Más espera.
Charlamos sobre nuestras expectativas, sobre lo informados que estábamos de los procedimientos, de nuestras familias, nuestros acompañantes, charlamos de todo.
Me sentí bien de encontrarme bastante tranquilo en relación a los demás.
"Llegó el médico" nos anunciaron.
Volvió el silencio, ninguno de nosotros podía evitar pensar que en un par de minutos, nos cortarían el ojo.
Hubo un par de palabras del tipo "bueno, ya llegó el momento", pretendiendo mostrar valentía pero resultando en lo contrario.
La enfermera se asomó y llamó: "Manfredi"
Manfredi se paró, era una mujer flaca, nos despidió, le deseamos suerte.
Fue un gesto verdadero.
El miedo, la ansiedad, o lo que sea, nos unía.
Es un lazo mucho más fuerte que otros.
Retomamos la charla casual. Estábamos salvados por un rato.
A los 6 o 7 minutos se abrió la puerta y Manfredi salió caminando acompañado por la enfermera y desapareció por la puerta que entramos.
Cuando volvió la enfermera llamó otro apellido.
Otra vez la despedida emotiva.
Aparecieron dos mujeres más por la puerta de entrada vestidas como nosotros y se sentaron.
Se presentaron y empezaron a hablar de algunos temas ya charlados.
Novatas.
Poco después se abrió la puerta y salió quienquiera que sea acompañado por la enfermera.
El asunto parecía industrial.
Llamaron a otro, una de las que recién había llegado.
La enfermera explicó que el orden de la cirugía no respetaba el orden de llegada.
No explicó cual era el orden que respetaba.
Me miró a mí y me dijo "Vos quedate tranquilo que sos el último".
Más tiempo de espera = más ansiedad. ¿De qué tranquilidad me hablaba esa mujer?.
Como sea, el asunto siguió así.
Enfermera que sacaba a alguien, volvía y llamaba a otro, unos minutos y vuelta a lo mismo.
Me quede último, solo.
Ya todos habían salido, menos yo y la pobre diabla que estaba siendo operada.
"Acá está, esto es" pensé y acaricié la idea. Era algo sólido.
Me concentré en lo que estaba por suceder, debía entregarme y confiar.
La puerta de entrada se abrió, entró otra mujer disfrazada como yo.
Mierda.
Nos presentamos, me contó que ella tenía un ojo perfectamente sano, así que sólo debía operarse uno.
Ésta sería, con suerte, la primera y última vez en pasar por este proceso.
Salió del quirófano la paciente recién operada.
Llamaron a la última que entró.
"Después de ella ya venís vos".
Otra vez sólo.
Otra vez me mentalicé.
El tiempo se hizo largo.
Me concentré en mi respiración.
Traté de alejar todos los pensamientos de mi cabeza pero todo lo que había aprendido de la operación atacaba con arrietes, vencía, e inundaba todos los espacios.
Luego pensé "son sólo pensamientos".
De apoco me fui serenando.
La puerta se abrió y salió la enfermera con otra operación exitosa.
Después de acompañar a la mujer hasta la otra sala, volvió a aparecer por la puerta y me dijo:
"Vamos"

Y fui.

lunes, septiembre 08, 2008

Otro mañana


Mi personalidad es así.
Cuando el cirujano-oftalmólogo me dijo: "en dos semanas te operamos", yo dije: "viento (?)".
Al mal paso darle prisa.
La operación es corta.
Era muy temprano para abrir las puertas al terror.
Y seguí, como quien se sienta en el tren y abre un libro.
Lo archivé en un estante y hasta me olvidé qué estante era.
Hace unos días vi de nuevo al doctor, ultimamos algunos detalles.
Fue un platillo en el silencio. Suave y reverberante.
Pero de preocupación, nada-nada.
Faltan sólo tres horas para que entre al quirófano y hace ya un rato las inquietudes y las dudas golpearon mi puerta...
"Ya es hora de abrirles" pensé.
Lasik, dioptrías, colgajo corneal, halos, micras, DLK, Excimer, etc.
Se rompió la represa y mi cabeza se volvió, gradualemente, un festivo aquelarre.
En muy poco tiempo voy a estar acostado, con una camisola de cirugía, una cofia, jugando un papel que nunca jugué.
Sometido, como en lo más sádico del relato de Anthony Burgess, encapuchado, con pinzas sosteniendo mis ojos, la modernidad hará su milagro y mi animal interno se sentirá apaleado, inevitablemente.
Luego, según me dijeron, molestias, lagrimeo constante, prohibición total (ACHTUNG!!) de tocarme los ojos con mis garras, sensación de arenilla, visión nublada, reposo, etc...
Yo sé que una vez que entre en el quirófano, el resto irá en bajada.
De ahí en adelante voy vivir todo en fast forward.
Mi mente va a perder su eje de normalidad y va a virar, independiente de cuanta realidad la azote.
Luego mi memoria en esos cocktails de recuerdos que sólo ella sabe hacer va a regalarme pedazos de lo que sucedió.
Voy a flotar el resto del día.
Y mañana, cuando despierte, voy a abrir los ojos y todo va a haber cambiado para mí.
Hace muchos años que uso anteojos, vivo a través de los cristales.
Siempre detrás de ellos, protegido, encarcelado.
Los amo y, a veces los odio.
Mi defecto visual es algo que llevo conmigo desde antes de ser quien soy.
Me haya causado problemas o no, me enseñó mucho, como valorar cosas obvias, o a entender mejor a los más débiles, o a cuidarme más.
Es bagage inevitable en mi vida y mucho más que eso, fue eterna compañía. Hoy despido a un viejo amigo.
Pero, eso no es todo: voy a ver de nuevo al mundo como lo veía cuando era chiquito.
Voy a tener un contacto directo y claro. Y quizás me sorprenda y duela de nuevo.
Algo va a cambiar, eso seguro, y va a ser para mí otro mañana.

lunes, agosto 25, 2008

D.D. (die daschund)




Yo me pregunto, seriamente, no?
Quién tuvo al brillante idea de que trabajar 9 horas por día durante 5 de los 7 días de la semana, teniendo por vacaciones solamente 2 semanas al año, sea algo dignificante o glorioso?
Que lo diga ahora y no le hacemos nada. Última oportunidad.
Si se hiciera una encuesta de la cantidad de gente que trabaja en laburos que los gratifiquen verdaderamente, que sean lo que querían para ellos, creo que no daría más del 20%... y soy generoso.
Y mejor no preguntemos a ese 20% qué come o cómo se mantiene...
Cuánta gente sigue su vocación en fin? muy poca.

Y encima 45 horas semanales!!!

Está tan mal estar podrido?

...

Eh?

...

Bueno, por que estoy podrido.

Quería decir eso nomás.

Mi perro la pasa mejor, la reputa madre.

jueves, agosto 21, 2008

Extrañando

Sentarme en la vereda y mirar a ambos lados
esperando

Poner dos platos, "por las dudas"

Tirarme en la cama y mirar el techo un rato largo
largo
eterno

Fumar en el balcón, ver la gente pasar

Dormir y pensar, pensar, pensar

Hay días más claros que otros

hay días grises en que estoy bien

y días de sol que no entiendo nada

Me doy permiso para dudar
constantemente

pero no me pregunto
adonde voy
ni qué busco
mientras ando

boyante

escribo.

martes, junio 10, 2008

Nü poesía

Habitualmente ella flota por otras nubes.
Hoy, sin querer nos regaló una poesía mientras chateaba por MSN...





accesorios de la globalización?
pero son artesanales
no manufacturados
como tu mente

vos te pintás el pelo con las aguas escocesas
bailas sobre una patineta yanqui
y te arropás cada noche con una brisa italiana

sos un ejemplo divino,
la sociedad te venera
no lo pienses tanto,
no está dentro tuyo

si de algo sale,
es de la vil semilla que esta sociedad plantó
hace mucho tiempo,
en lo profundo de tus mares.

navega haciéndose mas grande
y no falta mucho para que BAmmMMMM
salga por el medio de tu frente
el fruto de su cultivo

la vida consumada
de un pobre envase
lo lazos que te envuelven
para ser bonito y venderte



-Pinina Bella (se lee con una sola "L", no sean brutos, viejo!)

jueves, junio 05, 2008

¿Se nos fue el bondi?¿No ganamos el Quini, otra vez?

Yo me pregunto, por qué vamos caminando con tanta cara de serios por la calle?

No inspira felicidad muchachos...

A la mañana por que tenemos sueño, a la tarde por que estamos cansados.

Pero bien que si nos encontramos con un amigo le sonreimos oreja a oreja...

No entiendo...

miércoles, marzo 26, 2008




Recodeo de multitudes

Cabeceo por la pista

(un buen truco homogéneo)

A cuanto el kilo de papas?

Una libra de sudor y temporada dérmica

"solo para vos".

Camino las cuadras bocabajo

encuentro portales en cada rincón

me muevo hacía la tensión plateada.

A cuanto el kilo de papas?

Un recodeo de sudor dérmico

y portaleo una libra bocabajo.

Hay homogéneos por las cuadras.

Cabellos plateados lanzados

en generaciones sin criterio ácido.

dos vueltas a la redonda

y me voy de nuevo.

La búsqueda marea

pero la creación de reglas

cerraría los accesos definitivos.

A cuanto el kilo de papas?

Que joder! Un fuera-de-aquí

Me tranporto plateadamente

y donde están los ácidos?

Qué de las generaciones tensas?

Criterio de recodeos a la redonda

y un eco rampante contra los cuerpos

No hay relleno intelectual

los rincones sucios así permanecerán.

uno dos y kiosco de cigarrillos de post-guerras

herencia del mal germinado por la soledad.

Un día de calor y ninguna respuesta...




19-4-06

jueves, febrero 28, 2008

back home

Miro por la ventana y llueve.
Acaso pudiera ser más gris esta ciudad?


Ayer salí cansado de mi trabajo, como tantos miércoles de esta vida rodillo en la que camino,camino, camino, sin moverme a ningún lugar.
Morí de calor en el subte y me apretaron cuerpos contra la puerta corrediza.
Sentía codos en mi espalda, en mi flanco derecho. Una cara desconocida pegada a mi sien.
Mi cola fusionándose con la cola de una rubia.
Cosas que en otro ámbito serían pasibles de una acalorada acusación sexual.
Durante la hora pico los cuerpos pierden individualidad en los vagones subterraneos. Los miembros se vuelven ajenos. Objetos, con vida propia, que poco o nada tiene que ver con su portador.
Masas de carne humana compactada, como una hormiga pegada a la suela de una ojota.
Y qué me importa.
Me entrego cotidianamente a ese juego urbano.
Inevitable folklore de una prometedora ciudad, que no cumplió sus promesas, y ahora mira su pasado, desde el porche de lo que pudo haber sido, nostálgica.
Es hora que tome viagra esta puta.
Salí del subte en la escalera mecánica, como quien saca la cabeza fuera del agua, a tomar aire.
Mi metabolismo se disparó y sentí las gotas de sudor creciendo en la curvatura de la espalda
Entonces ahí íbamos, los oficinistas del centro, las recepcionistas glamorosas (intocables),los ejecutivos con maletín, los cadetes de escribanía, los trajes a raya, polleras tubo hasta las rodillas, las corbatas de seda y la gabardina, todos, con la espalda sudada.
Después de todo el sudor es algo natural, viajar en subte no. No está tan mal.
Dulce venganza de la naturaleza.
No saqué boleto en un leve acto de protesta y atravesé los molinetes del tren mostrando un boleto viejo.
Anden 4, salida 18:40. Un clásico muy aburrido.
Faltaban 20 minutos para que llegue el tren. Estaba décimo en la cola.
Prendí un cigarrillo y me puse a escuchar la radio.
El tren llegó perezoso, la gente desesperó por entrar.
Hay una extraña proporción directa entre la gente más débil y la cantidad de empeño que pone en conseguir un lugar.
Más viejo choto, más se te va a colar.
Me chupa un huevo.
Camino despacio hasta el furgón y me siento sobre un reborde de metal.
Entre las bicicletas, las cajas atadas y la eterna mugre del piso, viaja la gente con más códigos y calle del tren. Yo me cuelo allí y, observando, trato de aprender algo.
La mujer de los parlantes de Retiro anuncia algo y nadie escucha, excepto yo: el tren con destino a Bartolomé Mitre (mi destino final) cambiaba de unidad.
Salí del tren y crucé al tren correspondiente. Estaba vacío, elegí un lugar al lado de la ventana.
La mujer vociferó, una vez más, el anuncio y esta vez la masa entera se empujó y estrechó en el afán de conseguir un lugar en el nuevo tren.
La gente no había terminado de acomodarse cuando las puertas se cerraron de un golpe y el tren arrancó.
Al lado mío se sentó una mujer de unos 40 años, abrió un libro y se sumergió en él.
Recosté mi cabeza, cerré los ojos y poco a poco, fui alejándome de las costas de la conciencia hasta quedarme dormido.
BUM!
Me desperté, había una llamarada a mi lado, del lado de afuera saliendo, no mucho más abajo, de mi ventana.
El fuego era muy amarillo, no anaranjado, y parecía salir con presión.
La gente alrededor miraba lo que sucedía y me miraba a mí, alternadamente.
Así de repentino cómo empezó, cesó todo.
Mi vecina ya no estaba, nadie estaba al lado mío después del incidente.
Me había dormido unos 20 minutos, ya habíamos avanzado muchas estaciones.
El mundo siguió mientras yo flotaba en la nada.
Me corrí al asiento más alejado de la ventana y volví a entregarme al sopor...
BUM!
De nuevo esa trola explosión.
Esta vez la vi entera.
Pequeñas bolas de fuego saltaron para todos lados. Una señora desde una calle abrió los ojos grandes.
La misma llamarada amarilla, el mismo final.
El tren siguió hasta la siguiente estación y al frenar la gente lo desalojó con pánico.
En mi lugar me sentía seguro pero todos los asientos alrededor mío estaban vacíos y todos me miraban, como si yo fuera un insolente sinvergüenza que pretendía reirme en la cara de la mismísima Muerte.
Yo sólo tenía fiaca.
Bueno, me crucé a otros asientos.
El maquinista, el guarda, dos viejos, una señora, todos hablaban al respecto mirando desde afuera, y a pertinente distancia, lo que sería desde afuera el manchón de la quemadura.
Me cago en su criterio.
Escuché algo de que el tren se quedaría en esa estación y no terminaría el viaje.
Suerte perra.
No me moví del asiento, ¿Qué más daba?.
Al rato la Junta Deliberante subió, cerraron las puertas del tren y arrancó...
Faltaban pocas estaciones.
Pasó una. Nada. Bien.
Pasaron dos. Nada de nada. Muy bien +.
Quedaban sólo dos estaciones.
BUM!
La concha de la lora!
Estaba tan cerca de llegar.
Llegó a la estación y montaron el circo una vez más: gente huyendo, gente debatiendo.
Tomó menos tiempo, el tren siguió, no explotó más.
Llegó a la estación terminal. Me bajé del tren y mucha gente subió.
Pensé en avisarles, pero buen, se mataban a codazos por un puto lugar.
Argentina 2008. Feliz regreso a casa.

Y encima llegué tarde a la peluquería y se negaron a cortarme el pelo.

jueves, enero 24, 2008

Desayunando revuelto gramajo (va mal)


Hace tiempo que no escribo.
Eso es un hecho.
Y vivo.
Es acaso el final de una ilusión infantil?
Es el momento de crecer?
De enfrentar la oscuridad ficticia? De solidificar los sueños?
De asesinar a bambi y violar su cuerpo muerto?
Acaso tengo que bajarme los pantalones hasta las rodillas y esperarlos agachado?
Prendo un cigarrillo y disparo mis dedos.
Mi mente vuela, aunque cargue a cuestas las anclas cotidianas.
Me acechan en la almohada una horda de pensamientos triviales: estudios, familia, pareja, vocación. obligacionesobligacionesobligaciones.
Quién carajo me enseñó lo que es arriba y abajo?
Y si está todo mal?
Quién carajo te crees que sos para refregarme por la cara tu hipócrita fórmula del éxito?
Y qué si me meto tu LCD de 42' en el orto y cambio de canal hasta dejarlo en AV (pantalla azul, sonido nulo)?
Y qué si me ves en 30 años tirado en el suelo, con mis pantalones destrozados, el pelo largo y sucio, la barba canosa, un poco amarilleada por la nicotina? Y ya no tengo mujeres? y ya no tengo amigos? y ya no tengo más nada, una mente confundida, sin recuerdos, desvariada, rellena de eter, de ruido de aire, de colores cambiantes?
Te pensás que no lo pensé?
No quiero libertades envasadas!
No quiero hacer de mi cabeza un bonsai.
No quiero saber mi futuro.
Soy nocturno. Miro al piso cuando camino. A la gente no le caigo bien de primera impresión.
Soy paranoico.
Creo que hago cosas grotescas, iditoas, ridículas en todos lados sin ser conciente de ellas y que nadie me lo dice, por el mismo motivo que nadie le dice a un paralítico "Vos no podés caminar".
Sufro de acidez en la ciudad, a mis putos 25 años.
Soy como el super-agente 86 con un paquete en la mano, forrado en papel madera, haciendo tic-tac: algo anda mal, pero actúo como si nada, no llego a descubrirlo. Espero ser también como él a la hora de darme cuenta antes que sea demasiado tarde.
Mmmm... La veo fea...

Pero, bueno, parece que sí quiero escribir.
En tu puta cara quiero escribir.