jueves, noviembre 02, 2006

Cosas de mi y de no-mi


Soy un tipo colérico muchas veces. Pierdo la paciencia ante enormes boludeces. Lo sé ahora, pero no siempre fue así.
Probablemente sea un problema de autoestima llevado inmaduramente. Como casi todos lo hacemos bajo ciertas presiones.
Quizás mis presiones fueran otras, o quizás fueran las mismas vistas de un modo diferente. No lograba definir una tradición. A veces mi opinión recaía de un lado y a veces de otro. Iba y venía, desorientándome.
Lo que sí, sé que a veces mis presiones no necesitan ser gran cosa. Pueden dispararse ante ridículas cuestiones, tan pequeñas, tan sinsentido, que solo logré explicármelas en el momento del enojo mismo.
Luego tomo conciencia.
Lo insignificante, es vergonzoso.
Veo muchas cosas todos los días. Cosas que me parece que están mal.
Y tengo tantos pensamientos que parecen rebotar contra todos que no estoy seguro.
Me equivoco mucho delatando lo verdaderamente triste y gris que encuentro a la humanidad cada tanto?
Soy caprichoso por buscar una utopía? O simplemente es una cuestión de ego?.
Siento las pasiones reprimidas, la vida sin ser comprendida, un camino derecho y con pocas bifurcaciones, cualquier día de estos. Y me pregunto si me pasa lo mismo.
Debería sentirme menos libre (o hasta preso) por creer que hemos perdido un sano criterio como especie?
Ya matamos, casi, la espiritualidad. Atentamos contra nuestra propia alma en el pasado y la reemplazamos por la búsqueda de la felicidad en la racionalidad.
Pero la mente no es eterna y es débil cada tanto, se puede corromper, confundir, azotar constantemente hasta convertirla en una esclava.
Es una cuestión de saber hacerlo. Las armas se afilan cada vez más agudo en este sentido.
Nuestros sentidos están siendo estudiados, entendidos y controlados de un modo cada vez más eficiente.
Nos cuesta ver la verdad, reconocerla como nuestra y cargarla con simpleza.
El mundo material es el estímulo principal y paliativo de nuestras esperanzas.
No es más que un problema de confusión, de inseguridades.
Y así, cada vez nos alejamos más de nuestro origen, de lo importante, de mirar hacia adentro nuestro.
Lo exterior nos predomina.
Y de pronto un rapto de lucidez nos golpea y uno se pregunta, continuamente “lo hago o no lo hago?”.
Acaso voy en contramano?
Simplemente busco paz y ya no sé si no la obtengo por que estoy perdido o por que es necesario transitar esto para obtenerla en estado de pureza.
Quizás vamos por el buen camino y no sé reconocerlo.


Jaja… Por qué mentirles?... Eso es lo que sucede, que a veces creo que debería preocuparme mucho menos. La vida no es la ilusión en la que creemos.
Hay muchas cuestiones más importantes que resolver y ya voy a dar con ellas.
Entonces quizás entienda que soy feliz y que no es tan difícil que todos lo seamos.

Pero ahí está el asunto, que tanta cosa me confunde y de ratos no estoy seguro de nada, y es así como vuelvo a empezar.
Que estén todos bien.

31/10/06

1 comentario:

Anónimo dijo...

"La vida no es la ilusión en la que creemos". Delírium Trémens del poeta y borracho de la calle. Noto una influencia Chinaski por ahi. Brindo por tu salud amigo!

(che hacemos unos chinchones hoy?)