Un abrigo liviano
y calles de piedra
bajo mis pies.
Una tarde tranquila,
un poco de lluvia
y una suave noche
para dormir.
El aire quieto,
palabras de árbol,
medio cigarrillo más
de soledad.
Tropezar en pensamientos
dejarlos de lado,
que las cosas pasen,
existo y nada más.
miércoles, marzo 21, 2007
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